viernes, 10 de septiembre de 2010

Fuga de ideas

Y un día, las ideas se me fugaron…
Si, señoras y señoras, así como les cuento. Todo comenzó aquella vez que las forcé a aparecer. Era un tarde de invierno, llovía y hacía mucho frío, yo me decidía a escribir lo que sería mi obra cumbre y de pronto descubrí que las ideas no estaban en mi. Sin dudas la desesperación comenzó a apoderarse de mí y una profunda desolación se hizo visible, a la par que empecé a sentir lo que podía suceder si ellas nunca más volvían.
Miles de preguntas fueron apareciendo: ¿y si no volvían? ¿Qué sería de mí? ¿Me dejarían de lado por no tener ideas? ¿Me excluirían? ¿Sería un caso para psiquiatra? ¿Y si pensaban que había enloquecido de pronto?
El pánico fue incrementándose con el correr de las horas, entonces decidí empezar a buscarlas, en algún lado debían estar, hasta que encontré una nota que me habían dejado en la mesa de luz, y decía: “Nos fuimos… hemos decidido tomarnos un tiempo hasta aclarar nuestras diferencias, es evidente que necesitamos descansar y relajarnos, ya tendrás noticias nuestras”…
¡Para que! Ahora era todo mucho peor porque no solo se habían ido sino que lo habían hecho por propia decisión. ¿Qué hacer?
En principio decidí que era mejor tranquilizarme y resolver los pasos a seguir, algo de verdad había en todo esto y era que en este último tiempo las había estado menospreciando y dejando a un lado, cada vez aparecían mas ideas y era lógico, no había lugar para todas, así que debía asumir la parte de culpa que yo tenía. Pero ahora lo importante era encontrarlas, aunque en ese momento me dije: ¿Y si busco otras ideas? ¿Por qué a estas? ¿Que tienen de diferente? Después de todo si se habían ido era porque no estaban cómodas…
Y así comencé una insaciable búsqueda de ideas. Si hay algo que les recomiendo es que no lo hagan, las cosas que uno puede encontrar en ese recorrido es terrible.
Desde ideas progresistas hasta liberales, ideas lógicas y no tanto, ideas alocadas, ideas raras, ideas seductoras, ideas sin sentido y hasta alguna que otra ideología se cruzo en el camino; pero fue en vano, ninguna cabía en mi estructura mental, aunque las forzara. Yo quería mis ideas, esas que había ido construyendo durante años, esas que añoraba realizar, esas que me alentaban a seguir proyectando, esas que eran mías, casi lo único propio que tenía y que nadie me podía quitar…
¡¿Cómo recuperarlas?!
Muchos me ofrecían las propias, pero no eran las mías, muchos intentaban que siguiera a las de ellos, pero no me terminaban de convencer, otros me decían que siguiera a las de alguien en particular, pero me negaba a hacerlo, yo tenía que encontrar las mías y persuadirlas de volver. Y a esa ardua tarea me aboque…
Salí a buscarlas, no fue fácil, pero las encontré, estaban en un café, de mucha charla, tranquilas y animadas.
Entre, me senté y nos pusimos a hablar, les pregunte qué les sucedía, por qué se habían fugado de esa forma y cuáles eran las condiciones para volver conmigo.
Ellas se miraron y con calma y hasta cierta dulzura, me dijeron: “sólo queremos que nos escuches, que cuando aparezcamos y seamos visibles en tu cabeza, nos creas, por algo estamos allí, no para que nos desprecies o no nos tengas en cuenta, si estamos es por algo y tu tarea es lograr que lleguemos a ser realidad. Porque si no, de nada sirve que salgamos a la luz, si nuestro ciclo de vida no se completa, es lo mismo que no estemos”…
Y ahí comprendí lo que estaba sucediendo…
Vivimos una época en donde es más fácil copiar ideas que crearlas, robarlas que generarlas, seguir las de otros que luchar por las propias y eso es lo que nos va minimizando como personas, nos va convirtiendo en un objeto seriado que solo acata, vive y sueña por lo que pensó y decidió otro.
Y así fue como volvieron…
Llegamos al común acuerdo de que cuando ellas aparecieran yo las escucharía, debatiríamos y resolveríamos la mejor forma de convertirlas en realidad, sin olvidar que detrás de ellas siempre está el deseo de que todo lo que suceda sea lo mejor para mi…
Ahora puedo decir que tengo: ¡un millón de ideas! Que es un problema organizarlas, pero que estoy feliz de que así sea…

1 comentario:

  1. Querida!! Qué coraje de escribir estas líneas! muchos hemos sentido que un día, de repente y sin avisar, nos vemos desprovistos de ideas, pero no siempre nos atrevemos a decirlo abiertamente... la felicito! siga escribiendo!

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